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La ley Build Back Better debe incluir fondos para restaurar los bosques, generar resiliencia para las comunidades y crear empleos
El oeste del país siempre ha sido moldeado por el fuego. Es parte de su sistema ecológico. Pero los mega incendios, provocados por el cambio climático, que estamos viendo ahora son más grandes y más destructivos. Su humo oscurece nuestros cielos, incluso a miles de millas de distancia. Destruyen hogares y negocios, desplazan la vida silvestre, amenazan los suministros de agua, marcan los paisajes y podrían costar 20,000 millones de dólares a los contribuyentes este año.
Como muchos lamentan: ya no tenemos una temporada de incendios, tenemos un año de incendios. Solo en este año calendario, más de 40,000 incendios forestales han calcinado más de 5 millones de acres – o el equivalente al estado de Massachusetts – según el National Interagency Fire Center.
Los efectos que acompañan a estos devastadores incendios pueden seguir manifestándose durante años después de que las llamas se hayan extinguido. Un caso concreto: los desastrosos deslizamientos que vimos este verano en Colorado y que se produjeron tras los incendios del año pasado. Los escombros causaron el cierre de la interestatal 70 durante más de dos semanas, cuya reparación costará más de 100 millones de dólares y provocó inmensas consecuencias financieras para las empresas afectadas por la interrupción del comercio.
Como indicó el presidente Biden esta semana en Boise, las catástrofes provocadas por el clima están ocurriendo con más frecuencia, pero podemos mitigar los riesgos que presentan los incendios forestales y los deslizamientos y ayudar a proteger a las comunidades aledañas contra sus impactos mientras que nuestros líderes buscan soluciones a largo plazo para la crisis climática.
Afortunadamente, el senador Michael Bennet (demócrata de Colorado) ha propuesto un proyecto de ley que permitiría realizar las inversiones necesarias en nuestros bosques, pastizales y cuencas hidrográficas, fomentando la colaboración entre los organismos federales, estatales y tribales. La Cámara de Representantes lo acaba de incluir en el proyecto de ley de conciliación presupuestaria, conocido como la ley Build Back Better, que proporcionará 40,000 millones de dólares para restaurar nuestros bosques, mejorar el hábitat de la fauna y flora silvestres, y crear al mismo tiempo millones de puestos de trabajo bien remunerados en las zonas rurales. También se incluyen inversiones para restaurar los emblemáticos pastizales y la estepa de artemisia, los cuales se han visto invadidos progresivamente por la espiguilla, que agrava la sequía y provoca incendios catastróficos en los pastizales.
La ley Build Back Better no solo hará que nuestros bosques y praderas sean más sanos y resistentes a los incendios forestales, sino que también estimulará la economía del ocio al ampliar el acceso y las oportunidades de caza, pesca y otras actividades al aire libre. Según algunas estimaciones, por cada dólar invertido en la restauración, se generarán 15 dólares en actividad económica.
También es una política fiscal sensata. Invertir en la restauración de los bosques y las cuencas hidrográficas ayuda a que los propietarios de los terrenos y los gobiernos locales ahorren dinero porque, cuando los incendios lleguen, es probable que sean menos catastróficos. Es exactamente el tipo de inversión en resiliencia que nuestras comunidades necesitan en este momento. Como también indicó el presidente, por cada dólar que invirtamos en crear resiliencia natural para reconstruir de mejor manera, ahorraremos 6 dólares en el futuro.
El Congreso ha dado un importante primer paso al aprobar las inversiones en las infraestructuras tradicionales de carreteras y puentes. Este es el momento de invertir en nuestras infraestructuras naturales para prevenir los incendios forestales, los deslizamientos y otros efectos del cambio climático. Ya no podemos esperar. El Congreso debe aprobar la ley Build Back Better para salvaguardar nuestra vida silvestre, nuestras tierras y aguas y nuestras comunidades rurales. Nuestros hijos — y nietos — no se merecen menos.
This blog was translated from this article by our partners at Cenzontle.